Una tacita de plata es bonita, elegante y dicen los historiadores que durante 1930 y 1944 así se le llamaba a la ciudad de Guatemala porque había orden, limpieza y construcciones que alzaban su belleza. A la zona 1 de la ciudad le tengo especial cariño porque crecí recorriendo sus calles, así que una cafetería acogedora en sus alrededores me resulta una debilidad. Quien me acompañó me dijo “...esto tiene un sabor tan nostálgico que no me acuerdo a qué es…” y yo compartía la incógnita, llevaba por nombre “Smoothie Cucurucho” con un suave sabor a… estábamos definiendo aún.
“La tacita de Plata” es una cafetería situada sobre la 11 calle llegando casi a la sexta avenida del Centro Histórico; no soy cafetera pero dicen que el café es su especialidad. Probé un sandwich que tenía huevo, tocino, hongos, una exquisita mayonesa de cilantro y hierbas, aguacate, queso y espinaca, estuvo delicioso pero el nombre me conquistó “Sandwich Parque Colón” y en su menú la mayoría de nombres de los platillos van en esa línea, “La Recolección”, “San José”, “Barrio Gerona” y muchos más, así que tengo de tarea darle un bocado a cada barrio de ahora en adelante. Llevan ya un año dando la bienvenida a este colorido espacio, hay para todos los gustos, los panqueques muy ricos también, los precios entre Q38 hasta Q75 dependiendo de los gustos del comensal. Seguíamos pensando a qué sabía el smoothie… entreteniendo el pensamiento degustando los ricos chips de camote que traía el sandwich como acompañamiento. En una de las paredes del lugar está escrito un pedazo del Himno Nacional, al frente, detrás de la bicicleta que cuelga del techo está el poema de Batres Montúfar y no queda más que repasar en la mente lo que de memoria nos grabaron cuando niños “Yo pienso en ti, tú vives en mi mente…” seguro mientras lee esto completa la frase.
¡Me ha gustado siempre la armonía de la guitarra! y desde el segundo nivel se escuchaba la interpretación de un bolero, la atmósfera se tornó tan “del centro” que más feliz no podía estar, eran los integrantes de Andante Allegro , Carlo en la guitarra acompañado de su hija Abigaíl en la flauta, trabajando para el sustento del día pero haciendo lo que aman, música. “¿Sabes qué es? mi mamá hacía helados de vasito y yo me los tomaba antes que se congelaran, a eso sabe…” y le contesté “Sí, ya sé, mi mamá me hacía leche con vainilla o caramelo, con las esencias ¿te acordás de los botes de Castilla? a eso sabe…” y así cada quién recordó y le asignó el sabor de antaño al bendito smoothie, que formalmente lo describen en el lugar como “un sutil sabor a caramelo” pero yo diría que es un sabor a ¡toda la vida! delicioso y ya resuelta la incógnita de la noche era hora de partir, una despedida muy cordial por parte del personal y un excelente servicio del supervisor en turno, como si no era la primera vez que íbamos. Sin duda La tacita de plata hace honor a su nombre.
¡Me cuentan a qué les sabe el Smoothie!
Fotos: Valerie
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