LOS TRES TIEMPOS
- Valerie Rodas
- 8 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Fui en el primer tiempo, el desayuno y con emoción me acerco al lobby del antiguo Hotel Ritz, ahora revitalizado y llamado “Centro Vivo”, en la 10 calle y 6 av A de la zona 1 capitalina. Presiono el botón del ascensor y baja el elevador que no sube a la azotea, después de varios intentos finalmente aparece la caja de hierro correcta, presiono el botón “PH” -Pent House- y luego de 12 niveles que transcurren en segundos, estoy frente a la terraza donde se ubica el nuevo restaurante-bar “Los 3 tiempos”.
Lo primero que observo cuando se detiene el elevador es una impresionante vista del centro, como nunca antes había visto, la reservación que había hecho desde una semana antes está lista, mi acompañante recibe un plato de 3 panqueques, a simple vista muy sencillos; sin embargo, la textura fue una sorpresa, hechos de una mezcla muy parecida a la utilizada en los churros de feria, un 10/10 para este plato. Yo recibí la “Cacerola de Emma”, chuchitos en trocitos, ahogados en salsa de tomate, crema y gratinados con queso, el primer bocadillo me transportó a mi infancia, tenía una tía que siempre servía esto en las reuniones familiares; una deliciosa combinación de sabores y texturas y los trocitos de pechuga de pollo hicieron su aparición en los siguientes minutos, le doy un 10/10 a este platillo también; las bebidas de buen tamaño y sabor, la naranjada fresca y la horchata con la receta de la abuelita.
La música de fondo, en inglés, amigable y a un buen volumen para charlar, el personal fue amable y cada detalle del lugar está diseñado con toques de Guatemala. Respecto a los precios, eso es algo que depende de los ingresos, egresos y prioridades de cada individuo, les compartó el menú del lugar para que se hagan una idea de si es “caro” o es “barato” https://www.lostrestiempos.com/wp-content/uploads/2018/08/menuLos3tiempos-ESP_Digital.pdf
Sin duda, volveré, esas vistas las tengo que apreciar de noche porque de día son espectaculares, un lugar recomendado para pasar un buen momento, comer al estilo chapin y rodearse de la magia del centro histórico. ¡Buen provecho!
Fotos: Valerie Rodas
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