Quiero ser honesta, no siempre fue de mi completo agrado y tengo razones de peso para sustentarlo. Yo era una niña que esperaba con ansias ver caricaturas los fines de semana, pero estos planes cambiaban abruptamente si había partido de fútbol por televisión nacional, y claro, allí estaba siempre involucrada su voz; mis hermanos preferían indudablemente aquellos 90 minutos en vez de cederme el control remoto de la televisión, lo cual me causaba una cólera tremenda. Juzgue usted, pero una niña sin la posibilidad de ver sus caricaturas en los años 90, es algo que se queda presente en la memoria.
Qué iba a saber yo que décadas después, estaría sentada junto a él promocionando mi libro tal como él promocionaba el suyo. Y qué iba a saber yo que aquel hombre era desde aquel entonces considerado una “enciclopedia de fútbol”.
Conversar con Gustavo Velásquez fue para mí, un gusto enorme, los intercambios de ideas fluían naturalmente aunque constantemente interrumpidos por personas que se acercaban a saludarle y exponerle críticas u observaciones de fútbol; él se dedicaba a cada una de sus interacciones con la misma pasión para desarrollar los temas, con la misma entrega para agradecer el saludo y acceder a una fotografía.
Pasamos tres días platicando de silla a silla y pude observar qué hace un comentarista cuando no está comentando un partido y ¿qué hace? Pues muy sencillo, investigar respecto al próximo partido.
La entrega de Velásquez es genuina, es un estilo de vida dedicado al deporte desde muy joven, influenciado principalmente por su abuelo materno, Joaquín, quien ocupó también el papel de padre. La muerte de sus abuelos maternos fue un momento que marcó su vida, allí tuvo que buscar un empleo para apoyar económicamente a su mamá, Clara Luz. Gustavo Velásquez nació en la ciudad de Guatemala el 1 de mayo de 1951 y creció en la zona 5 capitalina, en los alrededores de la Ciudad Deportiva, siempre testigo del deporte y partícipe del mismo durante sus años escolares. Recuerda especialmente su paso por la Casa Central durante la primaria y en Don Bosco durante los básicos, en este último, fue escritor del periódico mural en la sección deportiva.
Junto a su abuelo, no recorrió únicamente la historia del fútbol sino también las calles del centro histórico de iglesia a iglesia durante los recorridos procesionales de Semana Santa, devoto, hasta la fecha de las imágenes de la Merced y La Recolección. Gustavo Adolfo es un apasionado cucurucho que lleva en la mente datos históricos de las procesiones tan presentes como los datos de los Mundiales de Fútbol. Son más de 50 años de carrera transitando entre la devoción y la euforia de un gol.
A pesar de sus incontables logros y reconocimientos, es humilde para hablar de su trayectoria. Su rostro, cubierto con una espesa barba blanca, se torna en una expresión suave cuando menciona a su esposa, sus hijos, sus nietos o sus mascotas, es perceptible el orgullo y amor que siente por ellos cuando esporádicamente me comparte alguna anécdota familiar. Para sorpresa mía, Velásquez tiene en la mente recuerdos vívidos y agradables de mi papá a quien reconoce también como un gran amigo de su mentor, Mario Ferreti.
Fausto Coppi fue una importante figura del ciclismo a nivel mundial, en 1949, ganó la Milán-San Remo y el Giro de Lombardía, en el Giro de Italia, una hazaña célebre ya que pedaleó 192 kilómetros solo en la etapa entre Cuneo y Pinerolo. El periodista italiano Mario Ferretti dejó para el mundo una frase célebre durante su crónica: “Un hombre solo al mando, su maillot es blanco y celeste. Su nombre, Fausto Coppi.” Años después, el reconocido Ferreti llegó a Guatemala. El blog “Palabreando en Bicicleta” cuenta que el italiano fue jefe de la sección deportiva del diario La Tarde, desde 1970; jefe de redacción del semanario El Deportivo, a partir de 1975 y que en radio fue una autoridad del comentario deportivo a través de radio Fabulosa, del grupo Emisoras Unidas, liderando el programa “Catedráticos del Deporte”. También trabajó en canal 7 de televisión y fue el creador de La Cena de los Campeones, la cual ha mantenido vigente Gustavo Velásquez quien, atrevidamente envió una nota a Ferreti en los años 70 en la que le señalaba algunos errores, el italiano, dijo al aire durante una emisión de su programa radial que invitaba al joven a que llegara en ese momento para conversar al respecto, Gustavo no dudó un segundo y emocionado llegó ese día a presentarse con Ferreti para convertirse en un gran amigo y aprendiz.
El 16 de junio de 1973 se publicó por primera vez una nota deportiva escrita por Velásquez, en el diario La Tarde. Entre 1976 y 1984 transcurrió la primera época como comentarista deportivo en Radio Nuevo Mundo. Su primera aparición formal en televisión fue en 1984 y lo demás es una carrera llena de logros hasta la fecha. Actualmente es parte de Los Protagonistas de Azteca Guate; Velásquez ha sido conocido también por su trabajo junto al narrador José Antonio Corado, con quien han trabajado juntos durante más de tres décadas.
Cada vez que Gustavo menciona al periodista Ferreti, lo hace con respeto, nostalgia, admiración y lamentando su repentino fallecimiento en 1977.
El comentarista deportivo me cuenta aún emocionado cuando la Selección de fútbol Sub-20 de Guatemala, clasificó por primera vez a un mundial en 2011. Fue uno de los momentos más memorables de su carrera, recuerda también el día que entregó un reconocimiento a Diego Maradona y cuando asistió a un encuentro entre Brasil y Argentina. Sus equipos favoritos son el Aurora FC, el Barça y Brasil; el boxeo es también uno de los deportes que más disfruta y es seguidor de los Yankees en béisbol. Lo hace notar vistiendo el número 3 de Babe Ruth.
Cuando le pregunto respecto a quién es el mejor jugador del mundo en fútbol, me responde sin titubeos y con una certeza inquebrantable: Pelé. Uno de sus hijos incluso lleva por nombre, Edson. Es curioso que al preguntarle cuántos hijos tiene, su respuesta es al estilo futbolístico: “Dos a dos, dos mujeres y dos hombres…” ambos reímos. El comentarista siempre ha sido decidido, por lo que se casó a los seis meses de noviazgo y celebra junto a su esposa más de cuatro décadas de matrimonio.
De sus anhelos, me comparte que llegar con la misma buena salud que hoy tiene, al centenario del Mundial, sería importante para él, esto será en el año 2030 ya que el evento deportivo se realiza cada cuatro años desde 1930, con la excepción de 1942 y 1946, en los que se suspendió debido al desarrollo y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, respectivamente. Además de las transmisiones por TV de los Juegos Olímpicos desde 1988 hasta 2012, el periodista ha comentado los Mundiales desde el de Argentina 1978 y me confirma también que ha llenado todos los álbumes de Panini. Sumado a ello, el ilustre guatemalteco, ha publicado varios libros, el más reciente lleva por nombre “Fútbol de 6 décadas” y está ya disponible para todos los fanáticos del deporte que mueve a millones en el mundo.
Como dato curioso, por su carisma e ingenio, Gustavo ha apodado a varios jugadores guatemaltecos, tales como “el gato” Estrada, o “el tanque” Pezzarossi. Durante sus interacciones como comentarista, nunca se ha quedado sin saber qué decir, esto lo atribuye a que siempre está informándose y leyendo sobre deporte. La buena memoria ha sido siempre su aliada. Para él es clave el profesionalismo para cautivar y respetar a su audiencia. Fui testigo de ello ya que durante la firma de sus libros, también tenía que retirarse por momentos para ir a la televisión y a la radio, mientras que yo me quedaban a cargo de su espacio de promoción; unas horas antes de que tuviera que irse para cubrir el partido de Guatemala versus Honduras, lo encontré en su teléfono leyendo y preparándose para ser un experto en las alineaciones, datos históricos, etcétera, muy concentrado y animado compartiéndome algunos datos, y claro, ahí estaba yo unas horas después viendo la transmisión en mi celular porque me cautivó todo lo que implica ser comentarista y prepararse para un partido. A su regreso, los fanáticos pasaban saludándolo y felicitándole por la transmisión.
Los boleros son parte de su repertorio musical; de platillos chapines, el pepián y unas tortillas recién salidas del comal con frijoles son sus favoritos, entre muchos otros, y es que Velásquez conoce Guatemala a fondo, desde el 1 de septiembre de 1970 no ha parado de trabajar, y da gracias a Dios por ello. Entre sus empleos, tuvo un puesto de vendedor de automóviles y una experiencia que lo marcó mucho siendo censista de la población en su juventud, conoció rincones olvidados de esta patria, realidades y también probó diversidad de la gastronomía guatemalteca. Ha jugado fútbol en varios equipos y fue también técnico, pero lo suyo es la observación que se convierte luego en opinión y guía para muchos a través de los medios de comunicación.
Gustavo Adolfo Velásquez es hijo único, ha impartido cátedras universitarias, fue reconocido en 2015 como un guatemalteco ilustre, es padre de familia, abuelo y esposo, un cucurucho de esos que ni locos saldrían de vacaciones durante la Semana Mayor y que está al pendiente de llevar en hombros todos los turnos que le sean posibles; es también un reconocido comentarista, llamado por muchos el padre del periodismo deportivo y un ser humano con el don de servir y compartir genuinamente con su fiel audiencia.
¡Gustavo Velásquez es 6 décadas de fútbol y mucho más!
Un honor haberlo conocido y… perdonado por aquellas caricaturas interrumpidas durante mi infancia. Enhorabuena por todos sus logros y disciplina que le ha llevado a ocupar el puesto que hoy tiene en los corazones de miles de guatemaltecos.
Momento memorable de su carrera: https://youtu.be/3jbIZiOsR0g?si=dcGtceHYsUZTl6Eo
