🌳 GREEN RUSH; TAN BONITO COMO “BONITA” 🐎
- Valerie Rodas
- 20 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Henry inauguró el día pidiéndonos 15 minutos de silencio mientras recorríamos el sendero para reconectarnos con la tierra, el sol, el cielo y los animales. Como parte de una actividad laboral puse los pies por primera vez en Green Rush, un parque ecológico que abarca más de 29 hectáreas ubicado en el kilómetro 24 de Carretera a El Salvador, justo en el cruce a colmenas; gracias a la visión de Henry Lewin en 2007, un pedazo de la ciudad es libre de contaminación de toda clase.
Luego del silencio que fue reconfortante para una introspección, Lewin nos detuvo en un área de descanso del parque para contarnos de todo un poco respecto a la naturaleza y la importancia de su resguardo, nos enseñó de la biofilia, resumida por wikipedia como “nuestro sentido de conexión con la naturaleza y con otras formas de vida de carácter innato y producto evolutivo de la selección natural que actúa en especies inteligentes cuya supervivencia depende de la conexión estrecha con el ambiente y de la apreciación práctica de las plantas y de los animales”. Y cuánta certeza hay en este término, el bullicio de las aves resulta lo suficientemente relajante para evitar la música, el correr de los venados lo suficientemente entretenido para dejar por un lado la tecnología y el clima que conceden los árboles lo suficientemente fresco para no pensar en aire acondicionado, los pies se acoplan al suelo rocoso y recostarse en un mirador del lugar brinda el descanso que a veces ni la misma cama permite.
En Green Rush hay decenas de especies de animales, como los caballos, entre ellos la “Bonita” que con su blancura no inspira más que paz, a esto Henry sumó una explicación de cómo aprender a domar un caballo sin violencia y el impacto que esto ha tenido hasta en reducir la violencia intrafamiliar en el interior del país, la técnica busca evitar quebrar el espíritu del libertad del caballo, se enfoca en crear una conexión de confianza, y ojalá pasara igual con nosotros los humanos para lograr aprender a vivir sin agredir en cada ámbito de nuestra vida.
Hay más de 600mil abejas en el parque y Lewin hace énfasis en cómo estos insectos no atacan al ser humano si se respeta su hogar y es fascinante ver cómo los animales viven basados en el respeto ¿por qué nosotros no?
La comida del lugar sólo puedo elogiarla; el desayuno es perfectamente guatemalteco y la vista hacía los volcanes y el lago lo complementan de una manera que solamente nos hace pensar en lo maravilloso que es este país y lo mucho que le debemos; sobre todo más conciencia ambiental. El almuerzo se disfruta igual, en mi caso, pizza con el exquisito sabor de la leña en cada bocado. El parque abrió sus puertas en 2014, actualmente hay varias actividades para pasar el día solo o en compañía desde lanzarse en el canopy, o aprender tiro con arco, hay paseos a caballo, decks de descanso, avistamiento de aves y de toda la fauna que se tenga la fortuna de encontrar al caminar, desde palomas blancas hasta ardillas y venados.
Henry fue un anfitrión de primera, con facilidad de palabra para inspirar a conectar más con la naturaleza y sobre todo, un ser humano genuinamente interesado por el bienestar de su hogar, nuestro hogar, Guatemala. ¡Gracias Henry, tu aporte es grande en tamaño y corazón! Y usted querido lector, no me crea nada y vaya a visitar este lugar para formar su propia experiencia, le dejo fotografías con detalles del parque y paisajes que parecen pintados con acuarela. 🇬🇹🙏🏼🌳💙☀️🦅🦌
Fotos: Valerie
***Kanú no se nos despegó 🐕
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