Él con sus dulces y yo con el antojo, conocí a Héctor, un vendedor de una amplia variedad de dulzura; me cuenta que es una modalidad relativamente nueva en el país, las "candy stores" ambulantes llevan no más de 2 años circulando. Los dulces provienen de Tapachula y cada día hay que protegerlos del sol, la lluvia, el polvo y de los insectos. Héctor busca a sus clientes al mediodía frente a los colegios, escuelas e institutos del centro de ciudad y al final del día sobre la 19 calle y 7 avenida, los fines de semana busca ferias. La onza se vende a Q5 y claro que es mejor al por mayor ya que las 3 onzas te las llevas a Q10, en su carreta lleva desde los más ácidos hasta los más empalagosos y fui tradicional, me comí 1 onza de osos...
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